Reflejos de alegría eterna

Mi historia favorita es la de mi perra Samakhol y yo. Hace muchos años vi acercarse a mi un perrito durante una terapia de regresión; era en algún lugar de la Inglaterra del 1700. Cuando mi terapeuta me sugirió que le mirara a los ojos a ver si le reconocía, se me llenaron los ojos de lágrimas: ¡era “Tino”, el perro que vivía conmigo en aquel entonces! Esa Alma había venido a mí para traerme alegría y 300 años más tarde seguía haciendo el mismo trabajo en el cuerpo de aquel perrito tricolor que mi madre había rescatado para mí de la protectora local. Estuvo conmigo durante 14 felices años hasta que cruzó el puente del Arco Iris hacia el paraíso de los perros…

Dos años más tarde mi nueva compañera de cuatro patas, la hermosa “Alaska”, trajo al mundo unos entrañables cachorros. Quería quedarme un macho, pero había aquella hembrita que me robó el corazón sin ningún motivo aparente, así que me la quedé a ella. Por aquel entonces todavía no sabía nada de la Comunicación Animal, pero sí me había entrenado en Viajes Chamánicos, que es bastante parecido. Así que en un viaje le pregunté al cachorro cómo se quería llamar y me mostró un gran corazón; la llamé “Samakhol”, que significa “Mi Corazón” en Wolof, un idioma del Senegal. 
Tendría unos seis meses cuando un día le miré profundamente a los ojos… y con una exclamación dije “Tino, eres tu!”, con grandes lagrimones calientes bajando de nuevo por mi cara al reconocer la misma Alma.
Desde entonces hemos vivido muchas aventuras, juntas, inseparables, mi nena y yo. Y espero que todavía se quede conmigo muchos años más en este cuerpo, porque me encanta, es un cuerpo perfecto para compartir experiencias, viajar y caminar. Pero cuando llegue el día que deba dejar atrás también este cuerpo, el saber que esta Alma volverá a mi de alguna manera en un nuevo cuerpo, esa certeza absoluta, es la mayor y más alucinante ¡ALEGRÍA DE MI VIDA!

¿No era ese su propósito desde el comienzo? ¿Traerme la alegría de la vida? 
Siempre consiguen realizar su propósito con nosotros con su amor incondicional… ¡y les estoy eternamente agradecida!

Samakhol sobre nosotras: "somos almas que hacemos el viaje juntas con respeto mutuo"

El regalo de una

MUERTE CONSCIENTE

Mi hermosa Alaska Malamute, cuyo nombre era “Loba de Alaska”, cruzó el Puente del Arco Iris el 12 de agosto del 2019 a las 14:00 horas, preparando ya su próxima aventura…
Nacida en Alemania el 27 de septiembre 2007, llegó a mi casa en Cataluña esa misma navidad y vivió una vida plena durante 12 años con un espíritu juguetón y maternal.

Un momento álgido en su vida fue dar a luz a sus cachorros en agosto del 2009; más tarde me explicó que su principal propósito para mí había sido devolverme el alma de Samakhol, por lo que le estaré eternamente agradecida! Ella y yo también hemos estado juntas en varias vidas, una de ellas como un lobo en el sudoeste americano…

Pero su principal propósito en esta vida era hacer trabajos energéticos para mis padres, así que cuando Samakhol y yo nos fuimos a vivir a los EEUU en el 2013, ella decidió quedarse con ellos, donde vivió hasta el final haciendo su trabajo en una gran manada de perros y humanos.

Al morir nos hizo el gran regalo de la experiencia de una muerte consciente.


Había estado posponiéndola durante más de un año para seguir cuidando a mi padre, cuya alma también se estaba preparando para hacer la transición. llegó el momento en que ya no podía hacer nada más por él, pero según le explico a mi amiga y comunicadora animal Anna Freijomil, había una mujer en un frío país nórdico, que acababa de perder a su marido, así que iba a encarnarse de nuevo como perro para ayudar a esta persona con la pérdida y la soledad. Sí, esa era mi “Alaska”, siempre cuidando de los demás, viviendo y muriendo de forma consciente, como el alma tan vieja que es…

Mientras le estaba aguantando la cabeza, escondida en el arbusto que había escogido para el proceso de su transición, me miró profundamente a los ojos con un suave gemido, inundándome con su infinita gratitud para aliviar mi tristeza – ¡ella siempre se ha sentido muy querida! Me decía que todo estaba bien, que sabe cómo hacer este proceso porque ya lo ha hecho tantas veces, que es parecido a cuando dio a luz a Samakhol, sólo que ahora estaba dando a luz a su propia alma, para salir de este cuerpo… ¡qué forma tan maravillosa de describir el proceso de morir!

Feliz viaje, mi dulce Alaska, hasta que nos volvamos a encontrar…

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