Ante todo una cuestión de definición: “la gran vida” es mi definición personal, desde una perspectiva elevada, de la serie de encarnaciones y los intervalos “al otro lado del velo”, en el no-espacio-no-tiempo, donde las almas permanecen entre encarnaciones.
Me gusta explicarlo comparando una vida del gran ciclo a un día en ésta que estamos viviendo ahora mismo: nos pasamos el día haciendo cosas, teniendo experiencias; por la noche nos quitamos el vestido que hemos llevado hoy y nos vamos a dormir; descansamos, procesamos los eventos del día; a la mañana siguiente escogemos un nuevo vestido adecuado para encarar el día que empieza… Así transcurren los días en esta vida, esta encarnación, la cual se puede ver como “un día en la gran vida”.
Del mismo modo vivimos una vida haciendo cosas, teniendo experiencias; al final de la vida dejamos este cuerpo, igual que nos quitamos un vestido que ya está viejo y no nos sirve, y nuestra alma descansa, procesa los eventos de la vida acabada de vivir y decide lo que va a hacer la vida siguiente; escoge un nuevo “vestido”, un nuevo cuerpo, adecuado para encarar las experiencias de la vida que empieza y se encarna de nuevo en “otro día” de la gran vida.